“Las obras de Dios son maravillosas y perduran por siempre y para siempre, mientras que las obras del hombre son caducas y se pierden con el tiempo.”
“Queridos hijos, la sabiduría del Señor Dios no tiene límites, pero la insensatez de los necios dura hasta que la sabiduría del Señor lo permite.”
Yo cómo Madre de toda la Humanidad tengo dos preocupaciones, dos tristezas… que llevo en Mí… las llevo por amor a vosotros hijos Míos.
Los que ya no viven para sí mismos y para el mundo, son muy pocos y son perseguidos. Se les levantan infames calumnias y acusaciones, ellos, esos pocos descendientes de la estirpe santa, cuyo destino es la cruz, la cruz que lleva en su pecho el Pequeño Remanente que sobrevivirá a los acontecimientos del final de los últimos tiempos.
La confusión reinante que produce una división necesaria para seguir al verdadero Pastor distinguiendo del falso, que conduce a las pequeñas ovejas del rebaño al error.
¡Entendedlo, no puede haber dos pastores gobernando la Iglesia!.
Uno sólo es el pastor que cuida la verdadera y milenaria Tradición de la Iglesia y que participa dolorosamente de la separación.
O ¿Acaso el día y la noche están juntos?...
¿Acaso un esposo puede tener dos esposas?
¿O uno de vosotros tenéis dos cabezas? Desde luego que no! Mis hijos.
El Espíritu Santo que procede del Padre y viene por Mi Hijo Jesucristo, les enseñará a vosotros lo que va a suceder, los introducirá a la Verdad total. Despertad hijos Míos no seáis esclavos de la mentira.
Despertad hijos Míos, estén alertas discerniendo los acontecimientos, orando y rezando el Santo Rosario que es un arma letal para detener y destruir a los demonios de la angustia, del miedo y la depresión.
Fuente: https://sagradoscorazones.wixsite.com/apostolado/2020
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