(Dado para los tiempos de la tribulación a Enoch en Colombia)
En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo.
Amén.
Se empieza con un Credo y un Padrenuestro.
En cada decena se dice: “Oh buen Pastor”, y los demás
contestan: “Sé nuestro amparo y nuestro refugio”.
Al terminar cada decena se dice: “Yo soy el Buen Pastor y el
Buen Pastor da la vida por sus ovejas”.
Se reza un Padrenuestro y vuelve y a empezarse como al
principio.
Al terminar el Rosario se reza el salmo 23.
SALMO 23
El Señor es mi
pastor: nada me falta; en verdes pastos él me hace reposar. A las aguas de
descanso me conduce, y reconforta mi alma. Por el camino del bueno me dirige,
por amor de su nombre. Aunque pase por quebradas oscuras, no temo ningún mal,
porque tú estás conmigo con tu vara y tu bastón, y al verlas voy sin miedo. La
mesa has preparado para mí frente a mis adversarios, con aceites perfumas mi
cabeza y rellenas mi copa. Irán conmigo la dicha y tu favor mientras dure mi
vida, mi mansión será la casa del Señor por largos, largos días.
Que el Señor nos bendiga y guarde. Nos
muestre su rostro y tenga misericordia de nosotros. Vuelva su mirada a nosotros
y nos conceda la paz.
Líbranos Dios de gloriarnos sino es en
la cruz de Nuestro Señor Jesucristo. (Gálatas 6.14).
En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo.
Amén.
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