LETANÍAS A LA DIVINA PROVIDENCIA

 


Por la señal de † la Santa Cruz,
de nuestros † enemigos:
Líbranos, Señor, † Dios nuestro;

En el nombre  del Padre, del Hijo, y del Espíritu  Santo. Amén.

Señor, ten misericordia de nosotros.

Señor, ten misericordia de nosotros.

Cristo, ten misericordia de nosotros.

Cristo, ten misericordia de nosotros.

Señor, ten misericordia de nosotros.

Señor, ten misericordia de nosotros.

Cristo, óyenos.

Cristo, óyenos.

Cristo, escúchanos.

Cristo, escúchanos.

Dios, Padre Celestial,

Ten

piedad

de

nosotros.

Dios Hijo, Redentor del mundo,

Dios, Espíritu Santo,

Santísima Trinidad, un solo Dios,

Dios, en quien vivimos, nos movemos y somos,

Tú, que creaste el cielo, la tierra y el mar,

Tú, que creaste las cosas según su medida, número y peso,

Tú, que equilibraste los cielos con tu mano y señalaste sus límites al mar,

Tú, que lo diriges todo según el designio de tu voluntad,

Tú, Dios omnipotente y sapientísimo,

Tú, que abres tu mano y colmas de bendiciones a todos los vivientes,

Tú, que haces salir el sol sobre los justos y pecadores,

Tú, que alimentas las aves del cielo y vistes los lirios del campo,

Tú, Dios lleno de bondad y de misericordia,

Tú, que diriges todo al bien de los que te aman,

Tú, que envías la tribulación para probarnos y perfeccionarnos,

Tú, que sanas a los heridos y levantas a los abatidos del corazón,

Tú, que premias con alegría eterna la paciencia cristiana,

Padre de bondad y Dios de todo consuelo,

Ten piedad

de

nosotros

Senos propicio,

perdónanos Jesús.

Senos propicio,

escúchanos Jesús.

De todo mal,

De todo pecado,

De tu ira,

De la peste, el hambre y la guerra,

Del rayo y de la tempestad,

Del granizo, de la lluvia y de la sequía destructores,

De la pérdida de las cosechas y de la carestía,

De toda desconfianza en tu divina Providencia,

De la murmuración y quejas contra tus santas disposiciones,

Del desánimo y la impaciencia,

De la excesiva preocupación de las cosas temporales,

Del abuso de tus gracias y beneficios,

De la insensibilidad para con el prójimo,

En el día del juicio,

líbranos

Señor

Nosotros, pecadores,

Que siempre confiemos en tu divina Providencia,

Que no seamos arrogantes en la buena fortuna, ni desalentados en la calamidad,

Que nos sometamos filialmente a todas tus disposiciones,

Que alabemos tu Nombre cuando quieras darnos algo o cuando quieras quitárnoslo,

Que nos des lo necesario para la conservación de nuestra vida,

Que te dignes bendecir nuestros esfuerzos y trabajos, Te rogamos,

Que te dignes darnos fortaleza y paciencia en todas las adversidades,

Que te dignes conducirnos por la tribulación a la enmienda, Te rogamos,

Que te dignes concedernos la alegría eterna por los padecimientos temporales,

Te

rogamos,

óyenos.

Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo,

Perdónanos Señor.

Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo,

Escúchanos Señor.

Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo,

Ten misericordia de nosotros.

Oración:
Oh Dios de quien procede todo bien: concédenos misericordiosamente que por tu inspiración reconozcamos lo que es recto y que lo cumplamos siempre bajo tu dirección.

Te pedimos nos ayudes, Dios todopoderoso; que en nuestra tribulación confiemos en tu bondad, y que por tu protección estemos seguros de toda adversidad.

Oh Dios cuya providencia es infalible en sus disposiciones; te pedimos humildemente que apartes de nosotros todo lo nocivo y que nos concedas todo lo provechoso, por Cristo Nuestro Señor. Amen

En el nombre del Padre, del Hijo, y del Espíritu  Santo. Amén.

 


Oración a la Divina Providencia

¡Oh Divina Providencia!
¡Concédeme Tu clemencia y Tu infinita bondad!
Arrodillado a Tus plantas a Ti caridad portento.
Te pido para los míos: casa, vestido y sustento.

Concédeles salud y llévalos por el buen camino
y que sea siempre la virtud la que los guíe en su destino.
Tú eres toda mi esperanza.
Tú eres el consuelo mío, en Ti creo, en Ti espero y en Ti confío.

Tu Divina Providencia se extienda en cada momento,
para que nunca nos falte: casa, vestido y sustento,
ni los santos Sacramentos en el último momento.

Amén.




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