Para hacer este ejercicio espiritual todos los lunes día dedicado por la iglesia militante o peregrina para orar por la iglesia purgante, cada uno puede servirse de un rosario común de cinco decenas, recorriéndolo dos veces para formar las diez decenas, o sea la centena de Réquiem. Este Rosario de Cien réquiem se ofrece los lunes en sufragio, alivio y liberación de las benditas almas del purgatorio, de nuestros familiares, amigos, conocidos y de aquellas más olvidadas de las cuales nadie se acuerda de rezar por ellas.
Se inicia con la Señal de la Cruz.
Por la señal
de † la Santa Cruz,
de nuestros † enemigos:
Líbranos, Señor, † Dios nuestro;
† En el nombre del Padre, del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.
Acto de contrición:
Jesús, mi Señor y Redentor, yo me arrepiento de todos los pecados que he cometido hasta hoy, y me pesa de todo corazón, porque con ellos ofendí a un Dios tan bueno. Propongo firmemente no volver a pecar y confío que por tu infinita misericordia me has de conceder el perdón de mis culpas y me has de llevar a la vida eterna. Amén
Se empieza rezando un Padrenuestro:
Padre nuestro, que estás en el cielo, santificado sea tu Nombre; venga a nosotros tu reino; hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo. Danos hoy nuestro pan de cada día; perdona nuestras ofensas, como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden; no nos dejes caer en la tentación, y líbranos del mal. Amén
Después se hace la primera decena de Réquiem en esta forma:
V. Dadles, Señor, el descanso eterno.
R. Y brille para ellas la luz perpetua.
En el Gloria:
V. Descansen en Paz.
R. Así sea.
En cada cuenta grande se dirá la jaculatoria y ofrenda siguientes:
JACULATORIA
Almas santas, almas pacientes, almas cautivas, rogad a Dios por nosotros, que nosotros rogaremos por rogamos por ustedes para que el Señor les de su gloria. Amén.
OFRENDA
Padre Eterno, te ofrecemos la Sangre, Pasión y Muerte de Nuestro Señor Jesucristo, los dolores de la Santísima Virgen María y los de San José, por la remisión de nuestros pecados, el alivio y la libertad de las almas del Purgatorio y la conversión de los pecadores. Amén.
Enseguida se hace la segunda decena de Réquiem en esta forma:
V. Dadles, Señor, el descanso eterno.
R. Y brille para ellas la luz perpetua.
En el Gloria:
V. Descansen en Paz.
R. Así sea.
En cada cuenta grande se dirá la jaculatoria y ofrenda siguientes:
JACULATORIA
Almas santas, almas pacientes, almas cautivas, rogad a Dios por nosotros, que nosotros rogaremos por rogamos por ustedes para que el Señor les de su gloria. Amén.
OFRENDA
Padre Eterno, te ofrecemos la Sangre, Pasión y Muerte de Nuestro Señor Jesucristo, los dolores de la Santísima Virgen María y los de San José, por la remisión de nuestros pecados, el alivio y la libertad de las almas del Purgatorio y la conversión de los pecadores. Amén.
Se repite así sucesivamente hasta completar 10 decenas o veces, ósea dos rosarios completos y luego se hace la oración a Santa Gertrusdis para liberar mil (1000) almas del purgatorio.
Oración a Santa Gertrudis
“Oh Padre Eterno, os ofrezco la preciosa Sangre de vuestro Divino Hijo Jesús, unido a las Misas celebradas hoy alrededor del mundo, por todas las Santas Almas del Purgatorio, por los pecados de la Iglesia Universal y por aquellos en mi propio hogar y dentro de mi familia” Amén.
V. Las almas de los fieles difuntos por la misericordia Dios descansen en paz.
R. Así sea.
† En el nombre del Padre, del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.
Rezarlas Letanías por las Almas de los Fieles Difuntos dando clic en este enlace.
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