Esta Santa Octava de Consagración, cuenta con licencia Eclesiástica del Obispo Nicholas D’ Antonio, Vicario para el Apostolado Latinoamericano. Arzobispo de Nueva Orleáns, EE UU.
Reflexiones previas
Esta Octava pretende establecer en nuestras vidas el rol Paterno de nuestro Dios. Recordemos cuando Magdalena encuentra a Jesús resucitado, Él le dice: “No Me toques, que todavía no he subido al Padre. Pero vete donde Mis hermanos y diles: Subo a Mi Padre y a vuestro Padre, a Mi Dios y vuestro Dios.” (Jn. 20, 17)
Se cree erróneamente que Dios Padre es el Dios del miedo y del temor, de la severidad y del castigo. Por eso, redescubramos Su ternura y misericordia en todo lo que dice y hace. Entendamos Su gran celo y amor por las almas que crea. Comprendamos que lo único que ansía es recibirnos en Su Casa eterna. Sus hijos, nosotros, somos preciosos para Su Corazón. Si nosotros somos Su verdadero deseo. ¿Por qué nosotros no suspiramos por Él?
Quiere unirnos en la Tierra en unidad armónica y hermandad. Quiere que entendamos los tesoros que nos ha concedido. Jesús, María, la Iglesia, los Sacramentos, el Paraíso, la Vida Eterna, etc.
Tenemos que transcurrir este inicio de Siglo, cruzando el umbral de la casa que señala el retorno a la Casa del Padre. Frecuentemente la vida moderna, con el anonimato e individualismo que impera, nos hace pensar que estamos solos y abandonados, pero no lo estamos. Nuestro Padre, a quien aún no conocemos, tiene grandes planes para nosotros, pero no Le facilitamos Su llegada. Para acercarnos digamos sí, pero con fe, confianza y humildad.
¿Cuándo pensamos que Él también estaría dichoso de tenernos entre Sus Brazos protectores? ¿Cuándo anhelamos más intimidad con Él? Pero no Lo conocemos, preferimos lo nuestro, apreciamos más nuestra voluntad, que Su Sabiduría y dirección. ¡Abrámonos a Su Voluntad! Él nos llama ahora y siempre. ¿No será éste el momento para refrescarnos, descansando en Su Corazón?
Si quieres empezar a recrearte en ÉL, repite mentalmente: “Estoy en el Corazón de Mi Padre, Su Casa, donde Él me ha colocado. No quiero alejarme de Su Bondad y Misericordia. Ya no atravesaré Su puerta hacia fuera. Con Él estoy a salvo en la Casa del Señor. ¡Mi PADRE!”. Para sentirlo aún más cerca, detengámonos a pensar y tratemos de escuchar los latidos de Su Corazón que marcan armónicos compases de amor. Y nos dice: “Es el tiempo de la reunión con tu PADRE”. Mucho tiempo estuvimos alejados… pero para la reunión debemos prepararnos, estar en silencio, abrir los brazos y salir de la noche para ver la Luz.
La Consagración
La
Octava de Consagración inicia el Domingo anterior al Primer Domingo de Agosto
(pero se puede hacer en todo tiempo), preferiblemente en una Eucaristía
dominical, momento en que preparamos nuestros corazones a la consagración a
Dios Padre de Toda la Humanidad, consagrándonos previamente a la Santísima
Virgen María, al Sagrado Corazón de Jesús y al Espíritu Santo con las
consagraciones y finaliza con la “Fiesta en Honor al
Padre de toda la Humanidad”, el Primer Domingo de Agosto. Durante la semana se
harán los días respectivos de la Octava.
La Octava es un acto de entrega voluntaria con un propósito fundamental: Iniciar el retorno a la Casa del Padre, donde vivamos en Su Reino y se haga Su Voluntad en unidad, armonía y hermandad.
La Consagración se hace en un período total de ocho días (Octava) y compromete la siguiente conducta personal:
1.Santa Misa con comunión diaria (recomendada). (Quienes no pudieran por razones serias como divorcios u otros, podrán efectuar la Comunión Espiritual).
2.Recitar ininterrumpidamente los ocho días las oraciones respectivas.
3. Seguir las Letanías.
4.Meditar sobre los temas sugeridos en las “Octavas Mayores”.
El sentido fundamental se comprende al considerar que al Consagrarnos:
1. Estaremos en la Casa del Padre.
2. Dios quiere vivir en el hombre como si fuera un tabernáculo (Sagrario) vivo.
3. Hacemos la decisión libre de volver al Padre.
4. Para ello damos un verdadero “SÍ”.
5. Debemos saber, amarlo, servirlo y honrarlo a lo largo de esta Octava que es totalmente Suya.
6. Debemos pedir Su Misericordia por todo: pasado, presente y futuro.
7. Nosotros mismos nos Consagramos a Dios Padre.
8. María, Jesús y el Espíritu Santo, entonces, habrán completado Su Trabajo.
9. Nosotros, Sus hijos, volvemos al Padre.
¿Cómo se reza la Santa Octava?
La Santa Octava de Consagración a Dios Padre de Toda la Humanidad, comprende de 8 días de preparación del alma para consagrarse totalmente a Dios Padre. Cada día de la octava se reza lo siguiente:
1. Oración Preparatoria
2. Corona formal. (Tiene 8 Octavas Mayores cada una con 8 octavas menores).
3. Oración de Consagración a Dios Nuestro Padre.
4. Letanías de la Santa Octava de Consagración a Dios Nuestro Padre.
5. Reflexiones de cada día de la Octava.
6. Oración conclusiva.
7. Consagración a Dios Padre.
Para rezar la octava, se usa una corona con 8 cuentas doradas (Octavas Mayores) seguidas cada una de ellas por 8 cuentas rojas (octavas menores).
A continuación les presentamos una foto de la corona, y la medalla de la santa octava.
Ahora te presentamos cada uno de los puntos que se rezan los 8 días, que dura la Octava de Consagración.
1. Oración Preparatoria
Amado Padre, mi Creador y mi Dios: Tú prometiste que en todo lugar en el cual se honrara Tu Nombre, vendrías y nos bendecirías.
¡Oh, Padre!, levántate y ven a descansar en nosotros Tus hijos. Revístenos de salvación y déjanos gozar de Tu Bondad. Por favor, no desvíes nuestros rostros de Tu Presencia.
Si hemos encontrado favor ante Tu vista, muéstranos Tu Rostro, a fin de poder conocerte y encontrar gracia ante Tus Ojos. Por favor, háblanos ahora como hablaste a Moisés: como un hombre habla a su amigo.
Como hijos pródigos, sólo deseamos volver a Tu Casa a estar Contigo. A medida que nos acerquemos, Padre, por favor corre hacia nosotros para encontrarnos. Y en el Amor incondicional y compasivo que nos ofreces, abrázanos y bésanos.
Como María, Tu Sierva, y Jesús, Tu Hijo, Te amamos, Padre, y nos damos nosotros mismos a Ti.
Siguiendo a los que nos enviaste para que nos mostraran el camino a casa, nosotros ahora, libremente nos Consagramos a Ti diciendo:
Con María, nuestra Madre: “Hágase en mí según Tu Palabra”. Por medio de Jesús, nuestro Dios y Salvador: “No se haga como yo quiera, sino como Tú quieras”. En el Espíritu Santo, nuestro Dios Santificador: “ABBA, Padre”.
Jesús prometió que cuando dos o tres se juntaran en Su Nombre, Él estaría en medio de ellos. Así como Jesús está en Ti y Tú en Jesús, y como Jesús es la Vid y nosotros los sarmientos: Quédate con nosotros ahora y por medio de Tu Santo Espíritu, vive en nosotros siempre, como templos vivos.
Bendícenos, Padre, y camina en medio de nosotros, Tus hijos. Y permite que Tu Gloria descienda sobre nosotros siempre como el fuego transformante de Tu Ternura, Amor y Misericordia, ahora y por siempre. Amén.
2. Corona formal.
En la Medalla de la Santa Octava de Consagración a Dios Nuestro Padre:
† En el Nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Amadísimo Dios, Padre Nuestro, humildemente Te pido que en el camino de retorno hacia Ti, Tus Santos Ángeles me protejan y guíen; que Tus Benditos Santos del Cielo intercedan por mí, y que Tus Almas sufrientes en el Purgatorio rueguen por mí, así como yo oro por ellas ahora. Amén.
En las tres cuentas doradas:
Cuenta 1: Dios Te salve María…
Cuenta 2: Jesús, mi Dios y mi Salvador, Tú me has amado
tanto; Tú moriste por mí en la Cruz para que yo también pudiera regresar a
nuestro Padre del Cielo. Tú eres el Camino, la Verdad y la Vida. Por medio de
tu Santa Eucaristía, susténtame, por favor, y está siempre presente conmigo en
mi camino a casa. Amén.
Cuenta 3: Espíritu Santo, mi Dios y mi Santificador, Jesús te ha enviado a
mí, para mi regreso a casa, al lado del Padre. Por favor, purifícame y
refíname. Lléname con tu Luz y Amor Divinos para que la presencia de Dios
habite en mí. Amén.
1° OCTAVA MAYOR
(En la cuenta dorada)
LA DESOBEDIENCIA Y EL EXILIO DE LOS HIJOS DE DIOS NUESTRO PADRE
Meditemos en Adán y Eva escogen no hacer la Voluntad de Dios Nuestro Padre, su exilio
del Paraíso que Dios había creado para ellos, y en la promesa de nuestro Padre,
que “la mujer” (María) triunfaría, algún día, “aplastando la cabeza” de la
serpiente.
Dios Nuestro Padre estaba con nosotros, al principio, en el Paraíso que El había creado para nosotros el Paraíso de su Voluntad Divina. Seducidos por Satanás, Adán y Eva escogieron no hacer la Voluntad de Dios, y fueron, por lo tanto, expulsados de este Paraíso, y les fue negada la íntima presencia de Dios. Sin embargo, nuestro Padre prometió que “la mujer” derrotaría finalmente el mal que había causado esa separación del mal de decir “No” a la Voluntad de Dios. (Gen. 2:8 -3:24).
Padre Nuestro, que estás en el Cielo…
Octava menor: (En las ocho cuentas rojas)
Cuenta 1: En alabanza: Te amo, Padre, y me doy enteramente a Ti.
Cuenta 2: En agradecimiento: Te amo, Padre, y me doy enteramente a Ti.
Cuenta 3: En ofrecimiento: Te amo, Padre, y me doy enteramente a Ti.
Cuenta 4: En arrepentimiento: Te amo, Padre, y me doy enteramente a Ti.
Cuenta 5: En mi herencia: Te amo, Padre, y me doy enteramente a Ti.
Cuenta 6: En decir mí “Sí”: Te amo, Padre, y me doy enteramente a Ti.
Cuenta 7: En fidelidad: Te amo, Padre, y me doy enteramente a Ti.
Cuenta 8: En consagración: Te amo, Padre, y me doy enteramente a Ti.
2° OCTAVA MAYOR
(En la cuenta dorada)
LA PRESENCIA DE DIOS NUESTRO PADRE EN LA ERA DEL ANTIGUO TESTAMENTO.
Padre Nuestro, que estás en el Cielo…
Octava menor: (En las ocho cuentas rojas)
Cuenta 1: En alabanza: Te amo, Padre, y me doy enteramente a
Ti.
Cuenta 2: En agradecimiento: Te amo, Padre, y me doy
enteramente a Ti.
Cuenta 3: En ofrecimiento: Te amo, Padre, y me doy
enteramente a Ti.
Cuenta 4: En arrepentimiento: Te amo, Padre, y me doy
enteramente a Ti.
Cuenta 5: En mi herencia: Te amo, Padre, y me doy enteramente
a Ti.
Cuenta 6: En decir
mí “Sí”: Te amo, Padre, y me doy enteramente a
Ti.
Cuenta 7: En fidelidad: Te amo, Padre, y me doy
enteramente a Ti.
3° OCTAVA MAYOR
(En la cuenta dorada)
EL FIAT DE MARÍA, NUESTRA MADRE
María dio su “Sí” cuando el Ángel Gabriel vino a Ella y la invitó a ser la Madre del Hijo de Dios. El Espíritu Santo vino sobre Ella y el poder de Dios Padre la cubrió con su sombra. Diciendo “Sí” a la Voluntad de Dios, María (la mujer) le permitió a Dios estar presente con sus hijos, de una manera nueva. Ella realmente se convirtió en el Arca Nueva, un tabernáculo viviente de Jesús, la Segunda Persona de la Santísima Trinidad –el Salvador de la Humanidad- Quien, con la cooperación de su Madre, reintegraría a los exiliados hijos de Dios a su Padre. (Le 1, 26-35).
Padre Nuestro, que estás en el Cielo…
Octava menor: (En las ocho cuentas rojas)
Cuenta 1: En alabanza: Te amo, Padre, y me doy enteramente a
Ti.
Cuenta 2: En agradecimiento: Te amo, Padre, y me doy
enteramente a Ti.
Cuenta 3: En ofrecimiento: Te amo, Padre, y me doy
enteramente a Ti.
Cuenta 4: En arrepentimiento: Te amo, Padre, y me doy
enteramente a Ti.
Cuenta 5: En mi herencia: Te amo, Padre, y me doy enteramente
a Ti.
Cuenta 6: En decir
mí “Sí”: Te amo, Padre, y me doy enteramente a
Ti.
Cuenta 7: En fidelidad: Te amo, Padre, y me doy enteramente a Ti.
Cuenta 8: En consagración: Te amo, Padre, y me doy enteramente a Ti.
4° OCTAVA MAYOR
(En la cuenta dorada)
EL FIAT DE JESÚS, NUESTRO SALVADOR -HIJO DE DIOS Y SEGUNDA PERSONA DE LA SANTÍSIMA TRINIDAD
Octava menor: (En las ocho cuentas rojas)
Cuenta 1: En alabanza: Te amo, Padre, y me doy enteramente a
Ti.
Cuenta 2: En agradecimiento: Te amo, Padre, y me doy
enteramente a Ti.
Cuenta 3: En ofrecimiento: Te amo, Padre, y me doy
enteramente a Ti.
Cuenta 4: En arrepentimiento: Te amo, Padre, y me doy
enteramente a Ti.
Cuenta 5: En mi herencia: Te amo, Padre, y me doy enteramente
a Ti.
Cuenta 6: En decir
mí “Sí”: Te amo, Padre, y me doy enteramente a
Ti.
Cuenta 7: En fidelidad: Te amo, Padre, y me doy
enteramente a Ti.
5° OCTAVA MAYOR
(En la cuenta dorada)
Padre Nuestro, que estás en el Cielo…
Octava menor: (En las ocho cuentas rojas)
Cuenta 1: En alabanza: Te amo, Padre, y me doy enteramente a
Ti.
Cuenta 2: En agradecimiento: Te amo, Padre, y me doy
enteramente a Ti.
Cuenta 3: En ofrecimiento: Te amo, Padre, y me doy
enteramente a Ti.
Cuenta 4: En arrepentimiento: Te amo, Padre, y me doy
enteramente a Ti.
Cuenta 5: En mi herencia: Te amo, Padre, y me doy enteramente
a Ti.
Cuenta 6: En decir
mí “Sí”: Te amo, Padre, y me doy enteramente a
Ti.
Cuenta 7: En fidelidad: Te amo, Padre, y me doy
enteramente a Ti.
6° OCTAVA MAYOR
(En la cuenta dorada)
LA ELECCIÓN DE LOS HIJOS PRÓDIGOS DE DIOS, DE
Padre Nuestro, que estás en el Cielo…
Octava menor: (En las ocho cuentas rojas)
Cuenta 1: En alabanza: Te amo, Padre, y me doy enteramente a
Ti.
Cuenta 2: En agradecimiento: Te amo, Padre, y me doy
enteramente a Ti.
Cuenta 3: En ofrecimiento: Te amo, Padre, y me doy
enteramente a Ti.
Cuenta 4: En arrepentimiento: Te amo, Padre, y me doy
enteramente a Ti.
Cuenta 5: En mi herencia: Te amo, Padre, y me doy enteramente
a Ti.
Cuenta 6: En decir
mí “Sí”: Te amo, Padre, y me doy enteramente a
Ti.
Cuenta 7: En fidelidad: Te amo, Padre, y me doy
enteramente a Ti.
7° OCTAVA MAYOR
(En la cuenta dorada)
Padre Nuestro, que estás en el Cielo…
Octava menor: (En las ocho cuentas rojas)
Cuenta 1: En alabanza: Te amo, Padre, y me doy enteramente a
Ti.
Cuenta 2: En agradecimiento: Te amo, Padre, y me doy
enteramente a Ti.
Cuenta 3: En ofrecimiento: Te amo, Padre, y me doy
enteramente a Ti.
Cuenta 4: En arrepentimiento: Te amo, Padre, y me doy
enteramente a Ti.
Cuenta 5: En mi herencia: Te amo, Padre, y me doy enteramente
a Ti.
Cuenta 6: En decir
mí “Sí”: Te amo, Padre, y me doy enteramente a
Ti.
Cuenta 7: En fidelidad: Te amo, Padre, y me doy
enteramente a Ti.
8° OCTAVA MAYOR
(En la cuenta dorada)
Padre Nuestro, que estás en el Cielo…
Octava menor: (En las ocho cuentas rojas)
Cuenta 1: En alabanza: Te amo, Padre, y me doy enteramente a
Ti.
Cuenta 2: En agradecimiento: Te amo, Padre, y me doy
enteramente a Ti.
Cuenta 3: En ofrecimiento: Te amo, Padre, y me doy
enteramente a Ti.
Cuenta 4: En arrepentimiento: Te amo, Padre, y me doy
enteramente a Ti.
Cuenta 5: En mi herencia: Te amo, Padre, y me doy enteramente
a Ti.
Cuenta 6: En decir
mí “Sí”: Te amo, Padre, y me doy enteramente a
Ti.
Cuenta 7: En fidelidad: Te amo, Padre, y me doy
enteramente a Ti.
Cuenta
8:
En consagración: Te amo, Padre, y me doy
enteramente a Ti.
3. Oración de Consagración a Dios Nuestro Padre
En la Medalla de la Santa Octava de Consagración a Dios Nuestro
Padre:
ORACIÓN DE CONSAGRACIÓN A
DIOS NUESTRO PADRE.
Mi amadísimo Padre, por favor, acepta este ofrecimiento de mí mismo -mi cuerpo, mi mente y mi alma-: Te alabo por tu creación -todas tus obras y maravillas-. Te agradezco por haberme dado la vida y por todo lo que has hecho por mí. Te ofrezco todo lo que tan generosamente me has dado.
Yo prometo mi fidelidad, y te pido la gracia de la constancia y la perseverancia en mi fe. Al más amoroso, atento, y misericordioso de todos los Padres: En tu Divina Presencia, yo, sinceramente, proclamo mi amor por Ti; me entrego (y entrego a mi familia) a Ti; y solemnemente me consagro (y consagro a mi familia) a Ti, ahora y para siempre. Amadísimo Padre, como hijo tuyo, te pido: Que envíes a María para que me guíe hacia Jesús, y que Jesús me envíe el Espíritu Santo para que todos ellos me lleven a Ti. Que habites conmigo y en mí -un templo viviente preparado por María, dedicado por Jesús y purificado por tu Espíritu Santo-. Y que yo siempre esté contigo y en Ti. Que me permitas, como hijo tuyo, ser tu verdadero e íntimo amigo -uno que te ama por sobre todas las cosas-. Y que vengas por mí cuando muera, para llevarme a casa contigo. Te pido, además, Padre, por el bien de la humanidad: Que tengas piedad de todos tus hijos -pasados, presentes y futuros-. Que traigas la Paz al mundo, y que reúnas a todos tus hijos en Ti. Y que venga tu Reino y tu Voluntad se haga en la tierra como en el cielo. Amén.
4. Letanías de la Santa
Octava de Consagración a Dios Nuestro Padre
Señor, ten Misericordia. |
—Señor,
ten Misericordia. |
_____________________________________________________________________
Oración: (Para Todos los días de la Octava)
Amado Dios, Padre
Nuestro: Permítenos conocerte, amarte y honrarte, a lo largo de Ocho días de
Purificación y Consagración, como siempre lo quisiste en nuestra historia de
salvación. Haz que la Santa Octava de Consagración a Ti y su Solemne Octavo
Día, Fiesta del Padre de toda la Humanidad, sirva para que todos Tus hijos
retornen a Tu Morada. Pueda concederse esta Gracia por intermedio de Tu Amor y
el Amor de Jesús, Nuestro Dios y Salvador; y el Espíritu Santo, Nuestro Dios y
Santificador; y María Nuestra Madre. Amén.
5. Reflexiones de cada día de la Octava.
Primer día
Tema de reflexión: “ALABANZA”.
peces sobre la
Tierra. A Ti que me hiciste y me creaste a Imagen TUYA: ¡Te alabo, DIOS mi
PADRE, ahora y por siempre! Amén.
Medita en todo lo que Dios Nuestro Padre te ha dado. Dale gracias
con tus propias palabras.
Segundo día
Tema de reflexión: “ACCIÓN DE
GRACIAS”.
“Bendice al SEÑOR,
alma mía, no olvides Sus muchos beneficios.” (Sal 103:2)
Gracias, amado PADRE,
por amar mi existencia. Gracias por este cuerpo, mente y alma que has
creado especialmente para mí. Gracias por la gente y las circunstancias de mi
vida. Gracias por abrirme los ojos, los oídos, el corazón para que pueda ver,
escuchar y amarte.Gracias por tomarme de la mano y guiarme de retorno a Casa, a
través de los peligros y dificultades de mi vida. Gracias por amarme. Amén.
(Dale gracias a Dios con tus propias palabras.)
Tercer día
Tema de reflexión:
“OFRECIMIENTO”.
“También vosotros,
cual piedras vivas, entrad en la construcción de un Edificio Espiritual, para
un Sacerdocio Santo, para ofrecer Sacrificios Espirituales, aceptos a Dios por
mediación de Jesucristo” (1º P. 2, 5)
Tú me has dado todo,
Padre… Te has dado a Ti mismo. ¿Qué puedo ofrecerte yo?. Déjame ofrecerte los
primeros frutos, los mejores de todo aquello que hago o recibo. Permite que
todos Tus hijos se ofrezcan como fruto del Árbol de la Vida que Tú has plantado
y que hayan madurado con el sacrificio, el sufrimiento y las cruces propias de
la vida terrena.
Cuarto día
Tema de reflexión: “ARREPENTIMIENTO”.
“Bendito sea el Dios
y Padre de Nuestro Señor Jesucristo, Padre de las Misericordias y DIOS de toda
Consolación.” (2 Co. 1, 3)
Padre Bueno, eres
todo Amor, pero también Justo: ¿Cómo pueden Tus hijos hacer reparación por sus
pecados? ¿Cómo pueden nivelar los grados de Tu Justicia, especialmente en estos
tiempos?. Tiempos en los cuales, muchos de Tus hijos Te dicen NO. Tiempos
en los cuales, muchos de Tus hijos rechazan Tu Voluntad. Tiempos en los cuales,
muchos de Tus hijos no creen en Ti y se han entronizado ellos mismos como
<>. Tiempos en los cuales, muchos de Tus hijos abrazan el fruto
prohibido: Han abrazado la mentira y la muerte. Lávanos, Señor, con Tu Gracia y
Misericordia, Padre. Límpianos con Tus Lágrimas. Ayúdanos a ser compasivos
combatientes de Tu Misericordia sobre la Tierra, de manera tal que la espada de
la Justicia se transforme en un amoroso instrumento de Tu Misericordia. Amén.
Medita en todos los modos en que has herido u ofendido a Dios, Nuestro
Padre. Pídele Su perdón y Su misericordia. Pídele la gracia de conocerlo,
amarlo, servirlo y honrarlo y de hacer Su Voluntad en todas las cosas.
Quinto día
Tema de reflexión: “HERENCIA”.
Mi más amado Padre:
Con reverencia y maravilla, he aprendido a alabar Tu Magnificencia y toda Tu
Creación. Con sincera gratitud, he aprendido a agradecer Tu desinteresada
Generosidad. Con humildad y amor, he aprendido a ofrecerte todo aquello que me
has dado. Con un corazón arrepentido pero esperanzado, he aprendido a pedir Tu
Perdón y tierna Misericordia. Y ahora que puedo apreciar completamente que
Existes, que Eres Dios, que creaste el universo entero, que me creaste;
comprendo que además de esas Maravillas, eres mi Padre verdadero y que yo soy
para Ti un hijo verdadero. Mi corazón no puede detener el gozo; No sólo soy Tu
criatura, también soy Tu hijo. Me creaste a Imagen Tuya, de modo que pueda
compartir Contigo la Vida Eterna. Es así que comprendo “cómo amas tanto a Tus
hijos”. Sin embargo, a pesar de que esto me lo has dicho por medio de las
Santas Escrituras y por medio de las enseñanzas de nuestra Iglesia, mis oídos
no han escuchado Tus Palabras y mi corazón se ha endurecido. Me he extraviado
en caminos muy lejanos a Tu Voz, a Tu Corazón, al Amor que sientes por mí. Pero
ahora el velo se ha levantado, la niebla se ha dispersado. Veo, oigo y
comprendo. ¡Tú eres en verdad mi Padre y yo soy verdaderamente Tu hijo! Soy Tu
hijo pródigo, que corre hacia Ti, corre hacia Tus Brazos que esperan… Vuelvo a
Casa, a Ti, mi Padre, donde yo pertenezco. Por favor, mantenme firme en Tu
Corazón y jamás me dejes ir, ahora y por siempre. Amén.
Medita en lo que significa tener a Dios como tu verdadero Padre; y
para ti, ser su verdadero hijo. ¿Qué significa esta herencia? Piensa en el
inmenso gozo y las responsabilidades que esto encierra.
Sexto día
Tema de reflexión: “DIGAMOS
“SÍ” AL PADRE”.
“He aquí la ESCLAVA
del SEÑOR; hágase en Mí según Tu Palabra.” (Lc 1, 38). “PADRE Mío, si es
posible, que pase de Mí esta copa, pero no sea como yo quiero, sino como quieras
Tú.” (Mt. 26, 39).
Medita en lo que significa dar tu Fiat, tu “Sí” a Dios, Nuestro
Padre. ¿Cómo cambiará esto tu vida? ¿Cómo cambiará esto tu relación con Dios,
con los demás?
Séptimo día
Tema de reflexión: “FIDELIDAD”.
“He competido en la
noble competición, he llegado a la meta en la carrera, he conservado la fe” (2
Tm. 4, 7).
Padre Querido, Amado
y Vida:
Medita en tu promesa de fidelidad a Dios Padre. ¿Qué significa ser
leal y comprometido con Dios? ¿Te sientes comprometido a regresar a tu Padre?
¿Quieres ayudar a otros a regresar también? ¿Qué significa ser un “gentil
guerrero” del Amor y la Misericordia de Dios Padre, aquí en la tierra? Como San
Pablo, cuando mueras, ¿sentirás que has combatido el buen combate?.
Octavo día
Tema de reflexión: “CONSAGRACIÓN”.
“Porque nosotros
somos santuarios del Dios Vivo, como dijo DIOS: hablaré en medio de ellos y
andaré entre ellos; Yo seré su Dios y ellos serán Mi pueblo.” (2 co. 6, 16)
Mi muy Querido Padre:
Tu Luz y sentir la
ternura de Tu Corazón. Cuando habitas en nosotros, existe un nexo bendito entre
el Cielo y la Tierra. Permite que muchos y muchos más hijos Tuyos se Consagren
completamente a Ti. Como Jesús nos enseñó a rezar decimos también. “Venga a
nosotros Tu Reino… Hágase Tu Voluntad en la Tierra como en el Cielo” Amén.
Medita en lo que significa estar “consagrado” a Dios, Nuestro
Padre. La palabra Consagración significa “hacer sagrado” o “darse uno mismo
para un propósito sagrado.” ¿Cómo cambia esto tu vida? ¿Cómo cambia esto tu
relación con Dios Padre? ¿Cómo puedes tú vivir tu consagración diariamente?
6. Oración conclusiva
(Para Todos los días de la
Octava)
Amado Dios Padre Nuestro, Te amo, Te adoro y
me consagro a Ti. Señor, Padre y Dueño de nuestras vidas, sálvanos del rebelde
que habita siempre en medio de nosotros. Señor, Padre y Dueño de nuestras
vidas, no nos abandones, ni hoy ni en la hora de la angustia. Amén.
7. Consagración a Dios Padre
Gracias, Padre
Eterno, por la vida que me has dado. Hoy me consagro en cuerpo y alma a seguir
Tu Voluntad; que la ayuda y sabiduría del Espíritu Santo me guíen y que sea
Jesucristo el ejemplo y amor a seguir.
Me uno a las manos de
mi Madre Celestial para que me guíe por el camino de la verdad y permita que en
mi mente no haya malos pensamientos, de mi boca nunca salga una mentira y que
mis manos nunca cometan actos impuros.
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