MEDITACIÓN DIARIA A SANTA MARÍA MES DE MAYO; DÍA 18 DE MAYO - LA CRUZ DE MARÍA






1. Saludo:

Una de las claves, para entender, comprender y celebrar bien este mes de mayo dedicado a la Virgen María, es encauzar sensatamente nuestro afecto hacia Ella. No la ponemos en un altar por ser diosa (no lo es) ni la rodeamos de cirios y flores porque sea un objeto de adoración (que tampoco lo es).

Nuestro corazón y nuestros sentimientos, afloran especialmente en este mes de las flores, porque Ella nos alienta, anima, ayuda y nos inspira fortaleza y fe en Jesucristo.

Una de las catequesis que más nos pueden ayudar a ver el papel de la Virgen María en el Misterio de la Salvación, es precisamente la cruz.

¿Dónde estuvo María? ¿En la cruz o al pie de la cruz? ¿Quién habló? ¿Jesús o María? ¿Quién recogió a quién? ¿María a Jesús o Jesús a María?

María, al pie de la cruz, acogió y sostuvo - sin reprochar nada a Dios ni a los demás- el cuerpo inerte de Jesús. Ella hizo lo que tenía que hacer: permanecer fiel, silenciosa y con el corazón roto como el de cualquier madre que pierde a su hijo joven.

Por ello mismo, porque María fue en todo momento una lámpara encendida al servicio de Jesús, nosotros la veneramos en cualquier rincón de nuestras iglesias; le levantamos una casa o ermita en el corazón de las ciudades o en la cima de un monte; le elevamos la más artística catedral o la más humilde parroquia para que, Ella, nos ayude a vivir con autenticidad, radicalidad y convencimiento, una fe personal en Cristo.

Que la Virgen nos señale el camino que nos conduce hacia un encuentro personal y comunitario con Jesús Resucitado. Puede ser la mejor flor de este día.


2. Meditación:

EN LA CRUZ TE VI
Subí al calvario preguntando por Jesús; una voz -dulce y misteriosa- me
respondió: no mires hacia abajo allá, en lo alto, ese que cuelga es mi único hijo.
Subí al calvario, y pregunté el porqué de aquello. Una voz, paciente y serena,
me respondió: no preguntes demasiado con que digas ¡creo! a Él le basta
Subí al calvario, preguntando el por qué tanta sangre. Una voz, familiar y
conmovedora, me respondió: el amor, cuando va con sufrimiento, tiene más valor.
Subí al calvario, y pregunté por Jesús de Nazaret. Una voz, virginal y humana a
la vez, me respondió: Aquel, del cual, su costado emana vida
Aquel que está clavado de manos de pies, Aquel, aunque no te lo parezca, Él es.
Subí al calvario, preguntando, ¿por qué tanta cruz? Una voz, débil y fuerte a la
vez, me respondió: Yo, como Madre, también me pregunto eso y más pero, Dios,
en lo más hondo de mis entrañas me dice que, después de la tiniebla vendrá el
sol, a continuación del llanto el gozo y después de la muerte, la Resurrección.
Sólo sé que, a mí, me toca estar, acompañar, rezar y esperar.


3. Oración:

Dios te salve María, llena eres de gracia, el Señor es contigo, bendita tú eres entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús. Santa María Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.




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