MEDITACIÓN DIARIA A SANTA MARÍA MES DE MAYO DÍA 04 DE MAYO - LOS PIES DE MARÍA




1. Saludo:

Ponerse en camino es sentirse vivo. Cuando nos visita la suerte (en sus diversas formas)
¿qué solemos hacer? Simplemente, comunicarlo.
María, con los pies polvorientos, se puso en camino hacia la casa de su prima Isabel. Salió de su casa. No le importó nada, aunque el evangelio no lo diga, correr riesgos ni dificultades: ¡se puso en camino y se acabó¡
Los pies de María son dinámicos. Se aventuran a perderse en los amplios caminos de la vida para que, los hombres, conozcamos a Jesús.
No nos podemos instalar en la comodidad. Los pies de María, nos invitan a salir de nosotros mismos. A no cerrarnos en los cómodos muros de nuestros problemas o éxitos, alegrías o tristezas.

Salir al encuentro de los demás (y no sólo de los familiares) es hacerles partícipes de nuestros sueños y de nuestras conquistas, de nuestras inquietudes y también de nuestros fracasos.

No esperemos a que nadie llame a la puerta de nuestro hogar para reclamar o pedir ayuda. La caridad o la delicadeza, cuando surge espontáneamente, tiene hasta más valor.

Presentemos a María, en este momento, la flor de nuestro servicio. Que nuestros pies, lejos de buscar caminos cortos y esquivar miedos, los dirijamos por las sendas que conducen hacia las personas que nos esperan y que, sin nosotros, tal vez no podrán seguir adelante.


2. Meditación:

TUS PIES, MARÍA
Van al ritmo de tu pensamiento: tengo que salir, caminan con el timón de tu fe, sorprenden
por la rapidez de tu disposición y avanzan sin tener más horizonte que el llegar para servir.
TUS PIES, MARIA
Apuntan en la dirección que Dios te marca, corren presurosos para no llegar tarde,
se resienten cuando se detienen, y sanan cuando peregrinan
TUS PIES, MARIA
No saben estar en su propia casa, suspiran siempre otra vez donde Tú puedas
estar, otros a los que tú puedas lavar o curar
TUS PIES, MARIA
No conocen el descanso ni la tregua, siempre están en movimiento, fecundamente
avanzan constantemente se mueven y sin pereza para dejar tu casa.
¿Cuál es, María, el secreto de tus pies?
¿No será acaso, María, los hermanos que te esperan?
¿No será, María, que no puedes permanecer sin hacer el bien?
¿No será, tal vez, que en los mil detalles es donde Tú disfrutas?
Gracias, María, por venir a visitarme, como tu prima Isabel, yo también
necesito de tus atenciones: mi corazón anhela una caricia de madre, mis
ideas necesitan ser ordenadas mi cabeza un regazo donde repostar un momento.
Gracias, María, por poner tus pies en dirección a mi humilde casa.

3. Oración:

Dios te salve María, llena eres de gracia, el Señor es contigo, bendita tú eres entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús. Santa María Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.



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