DEVOCIÓN A LA DIVINA MISERICORDIA

 


 

La Divina Misericordia es una devoción cristiana enfocada en la misericordia de Dios y su poder, particularmente como una acción de confianza infinita en que la misericordia de Dios y su pasión es el precio ya pagado por nuestros pecados y que si confiamos ciegamente en Jesús nuestros pecados nos serán perdonados, Jesús no será nuestro justo Juez sino nuestro Salvador misericordioso. Más que una mera devoción es un género de la vida cristiana. Se expresa mediante actos interiores (actitudes del alma respecto a la Misericordia del Salvador y de la confianza en Dios) como exteriores: la veneración de la imagen, la hora de la misericordia, el rezo de la coronilla, la fiesta de la Divina Misericordia y los actos de misericordia con el prójimo.

La devoción como hoy es conocida fue esparcida por medio del diario de la monja polaca santa Faustina Kowalska, conocida como "Apóstol de la Misericordia", donde narra las conversaciones místicas que tiene ella con Jesucristo, puestas en forma de diario a petición de su confesor ,el beato Miguel Spocko, y de Jesucristo mismo. La devoción se propaga luego de los desplazamientos de polacos por la segunda guerra mundial. A nivel mundial, luego de un período de cuestionamiento oficial, recibe un impulso durante el pontificado de Juan Pablo II quien proclama la fiesta de la divina misericordia, a celebrarse todos los años el segundo domingo de pascua, el 30 de Abril del 2000, al beatificar a Sor Faustina.

Esta devoción considera que la principal prerrogativa de Jesús es la misericordia y que es la última tabla de salvación. Se accede a la misericordia por la confianza. Esta devoción está integrada por el mensaje de la divina misericordia, la Coronilla a la Divina Misericordia, la imagen de la Divina Misericordia, la Fiesta y hora de la misericordia (las 15 h.). En su diario, Santa Faustina escribió que Jesús le dijo:
 
Toda alma que cree y tiene confianza en mi misericordia, la obtendrá.
La última tabla de salvación es recurrir a mi misericordia.
Yo soy el amor mismo y la misma misericordia.

Las almas que veneran mi misericordia resplandecerán con un resplandor especial en la vida futura. Ninguna de ellas irá al fuego del infierno. Defenderé de modo especial a cada una en la hora de la muerte.
 
A las almas que propagan la devoción a mi misericordia, los protege durante toda su vida como una madre cariñosa a su hijo recién nacido y a la hora de la muerte no seré para ellos Juez, sin Salvador misericordioso.
 
Que no tema acercarse a mí el alma débil, pecadora, y aunque tuviera más pecados que granos de arena hay en la tierra, todo desaparecerá en el abismo de mi misericordia.
 
No puedo castigar aún al pecador más grande si él suplica mi compasión, sino que lo justifico en mi insondable e impenetrable misericordia.
 
Quien no quiere pasar por la puerta de mi misericordia, tiene que pasar por la puerta de mi justicia.
 
Faustina KowalskaDiario



1.    ¿QUÉ ES LA DEVOCIÓN A LA DIVINA MISERICORDIA Y CUÁL ES SU ORIGEN?

En este siglo XX, el Señor Jesús eligió y  envió a santa Faustina Kowalska, religiosa de la Congregación de las Hermanas de la Madre de Dios de la Misericordia, al mundo entero con el mensaje de la Divina Misericordia. El Señor, a través del mensaje que contiene la verdad bíblica sobre el amor misericordioso de Dios hacia cada persona, llama a proclamarlo con una fuerza nueva, y rogar para alcanzar la misericordia de Dios para el mundo entero. Con este fin, le entregó nuevas formas de culto: la imagen con la inscripción Jesús, en Ti confío, la Fiesta de la Misericordia, la Coronilla a la Divina Misericordia, la oración en el momento de su agonía en la cruz, la hora de la Misericordia (a las tres de la tarde) y la propagación de la devoción a la Divina Misericordia. A cada una de estas formas de culto, el Señor vinculó grandes promesas, siempre y cuando se practiquen en un espíritu de confianza en Dios (cumplir su voluntad contenida en los mandamientos, la Palabra de Dios, las obligaciones del estado de vida de cada cual, las inspiraciones que vamos discerniendo del Espíritu Santo), y se ejerza la misericordia a favor de los demás. Sólo entonces, la práctica de estas formas de culto será un acto auténtico de culto de la Misericordia Divina.

Todo el mensaje de la Misericordia, así como la escuela de espiritualidad cristiana que consiste en ir conociendo el misterio de la Divina Misericordia y contemplarlo en la vida cotidiana, procurando crecer en una actitud de confianza hacia Dios y de misericordia para con el prójimo, es lo que Santa Faustina, Apóstol de la Misericordia, ha aportado a la historia de la Iglesia, lo cual ha quedado escrito en su “Diario”. Los “apóstoles” de la Misericordia emprenden la tarea de proclamar este el mensaje, mediante el testimonio de vida, en un espíritu de confianza hacia Dios y de amor activo al prójimo, a través de obras, palabras y por la oración.

 

Es el Mensaje de la Misericordia, don de Dios para nuestros tiempos.

Mi Corazón se alegra de este título de misericordia.Proclama que la misericordia es el atributo más grande de Dios. Todas las obras de Mis manos están coronadas por la misericordia (300).

 

 

2.    ¿EN QUÉ CONSISTE?

 a) Jesús da a conocer a Santa Faustina el auténtico Rostro de Dios que es Misericordia; hoy desfigurado, olvidado o desconocido.

Yo soy el Amor y la Misericordia Misma (1273). […] He abierto Mi Corazón como una Fuente viva de Misericordia. Que todas las almas tomen vida de ella. Que se acerquen con gran confianza a este mar de misericordia. Los pecadores obtendrán la justificación y los justos serán fortalecidos en el bien. (1520). Mi misericordia actúa en todos los corazones que le abren su puerta; tanto el pecador como el justo necesitan Mi misericordia. La conversión y la perseverancia son las gracias de Mi misericordia (1577).

Mi Corazón está colmado de gran misericordia para las almas y especial- mente para los pobres pecadores. […] como Rey de Misericordia deseo colmar las almas de gracias, pero no quieren aceptarlas. (…) Mi Corazón está recompensado solamente con ingratitud, con olvido por parte de las almas que viven en el mundo. Tienen tiempo para todo, solamente no tienen tiempo para venir a a to- mar las gracias (367).

Cuánto deseo la salvación de las almas. […] Los más grandes pecadores llegarían a una gran santidad si confiaran en Mi misericordia. Mis entrañas están colmadas de misericordia que está derramada sobre todo lo que he creado. […]

[…] Que los más grandes pecadores [pongan] su confianza en Mi misericordia. Ellos más que nadie tienen derecho a confiar en el abismo de Mi misericordia. (…) Me deleitan las almas que recurren a Mi misericordia. A estas almas les concedo gracias por encima de lo que piden. No puedo castigar aún al pecador más grande si él suplica Mi compasión, sino que lo justifico en Mi insondable e impenetrable misericordia. Escribe: Antes de venir como juez justo abro de par en par la puerta de Mi misericordia. Quien no quiere pasar por la puerta de Mi misericordia, tiene que pasar por la puerta de Mi justicia... (1146).

Oh, si los pecadores conocieran Mi misericordia no perecería un número tan grande de ellos (1396). La pérdida de cada alma Me sumerge en una tristeza mortal. siempre Me consuelas cuando rezas por los pecadores. Tu oración que más Me agrada es la oración por la conversión de los peca- dores. Has de saber (…) que esta oración es siempre escuchada (1397).

 

b)  Consiste en:

Ø  Pedir su Misericordia. Dios quiere que nos acerquemos a Él por medio de la oración constante, arrepentidos de nuestros pecados y pidiéndole que derrame Su Misericordia sobre nosotros y sobre el mundo entero. Desea que vayamos a las fuentes de su Misericordia que son los especialmente los sacramentos de la Reconciliación y la eucaristía.

 

Sacramento de la reconciliación

Aunque un alma fuera como un cadáver descomponiéndose de tal manera que desde el punto de vista humano no existiera esperanza alguna de restauración y todo estuviese ya perdido. No es así para Dios. El milagro de la Divina Misericordia restaura a esa alma en toda su plenitud. Oh infelices que no disfrutan de este milagro de la Divina Misericordia; lo pedirán en vano cuando sea demasiado tarde (1448).

Cuando te acercas a la confesión, a esta Fuente de Mi Misericordia, siempre fluye sobre tu alma la Sangre y el Agua que brotó de Mi Corazón y ennoblece tu alma. Cada vez que vas a confesarte, sumérgete toda en Mi misericordia con gran confianza para que pueda derramar sobre tu alma la generosidad de Mi gracia. Cuando te acercas a la confesión debes saber que Yo Mismo te espero en el confesionario, sólo que estoy oculto en el sacerdote, pero Yo Mismo actúo en tu alma.

Aquí la miseria del alma se encuentra con Dios de la misericordia. (…) De esta Fuente de la Misericordia las almas sacan gracias exclusivamente con el recipiente de confianza. Si su confianza es grande, Mi generosidad no conocerá límites. Los torrentes de Mi gracia inundan las almas humildes. Los soberbios permanecen siempre en pobreza y miseria, porque Mi gracia se aleja de ellos dirigiéndose hacia los humildes (1602).

Como te preparas en Mi presencia, así te confiesas ante Mí; el sacerdote es para sólo una pantalla. No analices nunca de qué clase de sacerdote Me estoy valiendo y abre el alma al confesarte como lo harías Conmigo, y Yo llenaré tu alma con Mi luz (1725).

 

Eucaristía

Deseo unirme a las almas humanas. Mi gran deleite es unirme con las almas. (…) Cuando llego a un corazón humano en la Santa Comunión, tengo las manos llenas de toda clase de gracias y deseo dárselas al alma, pero las almas ni siquiera Me prestan atención, Me dejan solo y se ocupan de otras cosas. Oh, qué triste es para que las almas no reconozcan al Amor. Me tratan como una cosa muerta (1385).

Oh, cuánto Me duele que muy rara vez las almas se unan a en la Santa Comunión. Espero a las almas y ellas son indiferentes a Mí. Las amo con tanta ternura y sinceridad y ellas desconfían de Mí. Deseo colmarlas de gracias y ellas no quieren aceptarlas. Me tratan como una cosa muerta, mientras que Mi Corazón está lleno de Amor y Misericordia. Para que puedas conocer al menos un poco Mi dolor, imagina a la más tierna de las madres que ama grandemente a sus hijos, mie tras que esos hijos desprecian el amor de la madre. Considera su dolor. Nadie puede consolarla. Ésta es solo una imagen débil y una tenue semejanza de Mi Amor (1447).

Aparentemente no hay en ninguna traza de vida, no obstante, en realidad ella existe en toda su plenitud y además encerrada en cada Hostia. Pero para que Yo pueda obrar en un alma, el alma debe tener fe. Oh, cuánto Me agrada la fe viva (1420). La vida eterna debe iniciarse ya aquí en la tierra a través de la Santa Comunión. Cada Santa Comunión te hace más capaz para la comunión con Dios por toda la eternidad (1810).

Ø  Ser nosotros misericordiosos con los hermanos. Dios quiere que recibamos Su Misericordia y que por medio de nosotros se derrame sobre los demás.

 

Cada alma (…) debe reflejar en sí Mi misericordia (1148). Sé siempre misericordiosa como Yo soy misericordioso. Ama a todos por amor a Mí, también a tus más grandes enemigos, para que Mi misericordia pueda reflejarse plenamente en tu corazón. (1695). Has de saber que cualquier cosa buena que hagas a cualquier alma, la acojo como si la hubieras hecho a Mí Mismo (1768).

Exijo de ti obras de misericordia que deben surgir del amor hacia Mí. Debes mostrar misericordia al prójimo siempre y en todas partes. No puedes dejar de hacerlo ni excusarte ni justificarte. Te doy tres formas de ejercer misericordia al prójimo: la primera la acción, la segunda la palabra, la tercera la oración. En estas tres formas está contenida la plenitud de la misericordia y es el testimonio irrefutable del amor hacia Mí. De este modo el alma alaba y adora Mi misericordia (742).

El mérito mucho más grande lo tiene la misericordia espiritual que no necesita ni autorización ni granero siendo accesible a cualquier alma. Si el alma no practica la misericordia de alguna manera no conseguirá Mi misericordia en el día del juicio. Oh, si las almas supieran acumular los tesoros eternos, no serían juzgadas, porque su misericordia anticiparía Mi juicio (1317).

Ø Confiar completamente en Jesús. Dios nos deja saber que las gracias de su Misericordia dependen de nuestra confianza. Mientras más confiemos en Jesús, más recibiremos.

Deseo la confianza de Mis criaturas, invita a las almas a una gran confianza en Mi misericordia insondable (1059). Las gracias de Mi misericordia se toman con un solo recipiente y éste es la confianza. Cuanto más confíe un alma, tanto más recibirá. Las almas que confían sin límites son Mi gran consuelo, porque en tales almas vierto todos los tesoros de Mis gracias. Me alegro de que pidan mucho, porque Mi deseo es dar mucho, muchísimo. Me pongo triste, en cambio, si las almas piden poco, estrechan sus corazones (1578).

Ningún alma que ha invocado Mi misericordia ha quedado decepcionada ni ha sentido confusión. Me complazco particularmente en el alma que confía en Mi bondad (1541). El alma más querida para es la que cree fuertemente en Mi bondad y la que Me tiene confianza plenamente; le ofrezco Mi confianza y le doy todo lo que pide (453). Quien confía en Mi misericordia no perecerá porque todos sus asuntos son Míos y los enemigos se estrellarán a los pies de Mi escabel (723). El alma que confía en Mi misericordia es la más feliz porque Yo Mismo tengo cuidado de ella (1273). Oh, cuánto amo a las almas que se Me han confiado totalmente, haré todo por ellas (294). […]

La desconfianza de las almas desgarra Mis entrañas (50). Oh, cuánto Me hiere la desconfianza del alma. Esta alma reconoce que soy santo y justo, y no cree que Yo soy la Misericordia, no confía en Mi bondad. También los demonios admiran Mi justicia, pero no creen en Mi bondad (300).

 

3.    ¿CÓMO PODEMOS VIVIRLO NOSOTROS HOY?

a)   La veneración de la Imagen

Pinta una imagen según el modelo que ves, y firma: Jesús, en Ti confío. Deseo que esta imagen sea venerada primero en su capilla y [luego] en el mundo entero (47).

Los dos rayos significan la Sangre y el Agua. El rayo pálido simboliza el Agua que justifica a las almas. El rayo rojo simboliza la Sangre que es la vida de las almas... Ambos rayos brotaron de las entrañas más profundas de Mi misericordia cuando Mi Corazón agonizante fue abierto en la cruz por la lanza. Estos rayos protegen a las almas de la indignación de Mi Padre. Bienaventurado quien viva a la sombra de ellos, porque no le alcanzará la justa mano de Dios (299). A través de esta imagen concederé muchas gracias a las almas; ella ha de recordar a los hombres las exigencias de Mi misericordia, porque la fe sin obras, por fuerte que sea, es inútil (742).

Ofrezco a los hombres un recipiente con el que han de venir a la Fuente de la Misericordia para recoger gracias. Ese recipiente es esta imagen con la firma: Jesús, en Ti confío (327). Prometo que el alma que venere esta imagen no perecerá. También prometo, ya aquí en la tierra, la victoria sobre los enemigos y, sobre todo, a la hora de la muerte. Yo Mismo la defenderé como Mi gloria (47-48).

 

b)   La celebración de la Fiesta de la Divina Misericordia

Esta Fiesta ha brotado de las entrañas de Mi misericordia para el consuelo del mundo entero (1517). No encontrará alma ninguna la justificación hasta que no se dirija con confianza a Mi misericordia y por eso el primer domingo después de Pascua ha de ser la Fiesta de la Misericordia. Ese día los sacerdotes han de hablar a las almas sobre Mi misericordia infinita (570). Sí, el primer domingo después de Pascua es la Fiesta de la Misericordia, pero también debe estar presente la acción y pido se rinda culto a Mi misericordia con la solemne celebración de esta Fiesta y con el culto a la imagen que ha sido pintada (742).

Deseo que la Fiesta de la Misericordia sea refugio y amparo para todas las almas y, especialmente, para los pobres pecadores. Ese día están abiertas las entrañas de Mi misericordia. Derramo todo un mar de gracias sobre las almas que se acercan al manantial de Mi misericordia. El alma que se confiese y reciba la Santa Comunión obtendrá el perdón total de las culpas y de las penas. En ese día están abiertas todas las compuertas divinas a través de las cuales fluyen las gracias.Que ningún alma tema acercarse a Mí, aunque sus pecados sean como escarlata. (...) La Fiesta de la Misericordia ha salido de Mis entrañas, deseo que se celebre solemnemente el primer domingo después de Pascua (699).

El día de Mi Fiesta, la Fiesta de la Misericordia recorrerás el mundo entero y traerás a las almas desfallecidas a la fuente de Mi misericordia. Yo las sanaré y las fortificaré (206). La humanidad no conseguirá la paz hasta que no se dirija con confianza a Mi misericordia (300).

“Jesús manda que la fiesta del Domingo de la Misericordia vaya precedida de una novena, cuyo contenido fuera solo el rezo del Rosario de la Misericordia de Dios. A Sor Faustina la exigía, también, que se preparase para la celebración de la fiesta mediante otra novena, que la mandó escribir y le había dictado, por lo que la podemos encontrar en su tercer cuaderno. Esta novena es una oración bella y profunda, aunque destinada, solo, para uso personal de Sor Faustina.

En cambio, la novena con el Rosario de la Misericordia, destinado a todo el mundo, goza de las promesas de Jesús, vinculadas, por una parte, con el rezo de este Rosario y, por otra, con l novena de preparación a la Fiesta del Domingo de la misericordia. Decía Jesús: “Durante esta novena concederé a las almas todas las gracias 8II, 197). Las palabras “todas las gracias” significan que, a los que recen la novena, se les concederá todos los beneficios divinos que pidan, tanto si lo piden para ellos, como si los piden para otros”

 

c)   El rezo frecuente de la Coronilla a la Divina Misericordia

Esta oración es para aplacar Mi ira, la rezarás durante nueve días con un rosario común, de modo siguiente: primero rezarás una vez el Padre nuestro y el Ave María y el Credo, después, en la cuentas correspondientes al Padre nuestro, dirás las siguientes palabras: Padre Eterno, Te ofrezco el Cuerpo y la Sangre, el Alma y la Divinidad de Tu Amadísimo Hijo, nuestro Señor Jesucristo, como propiciación de nuestros pecados y los del mundo entero; en las cuentas del Ave María, dirás las siguientes palabras: Por su dolorosa Pasión, ten misericordia de nosotros y del mundo entero. Para terminar, dirás tres veces estas palabras: Santo Dios, Santo Fuerte, Santo Inmortal, ten piedad de nosotros y del mundo ente- ro (476).

A las almas que recen esta coronilla, Mi misericordia las envolverá en vida y especialmente a la hora de la muerte (754). Defenderé como Mi gloria a cada alma que rece esta coronilla en la hora de la muerte, o cuando los demás la recen junto al agonizante, quienes obtendrán el mismo perdón. Cuando cerca de un agonizante es rezada esta coronilla, se aplaca la ira divina y la insondable misericordia envuelve al alma (811). Cuando la recen los pecadores empedernidos, colmaré sus almas de paz y la hora de su muerte será feliz. (…) Cuando recen esta coronilla junto a los moribundos, Me pondré entre el Padre y el alma agonizante no como el Juez justo sino como el Salvador misericordioso (1541). Los sacerdotes se la recomendarán a los pecadores como la última tabla de salvación. Hasta el pecador más empedernido, si reza esta coronilla una sola vez, recibirá la gracia de Mi misericordia infinita (687). A través de ella obtendrás todo, si lo que pides está de acuerdo con Mi voluntad (1731).

Modo de rezar la Coronilla a la Divina Misericordia

La señal de la Cruz: En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

 

Oración al principio (opcional): Oh Sangre y Agua que brotaste del Corazón de Jesús, como una Fuente de Misericordia para nosotros, confío en Ti.

Primero se reza una vez el Padre Nuestro, el Ave María y el Credo de los Apóstoles.

 

Credo de los Apóstoles: Creo en Dios, Padre Todopoderoso, Creador del cielo y de la tierra. Creo en Jesucristo, Su único Hijo, nuestro Señor, que fue concebido por obra y gracia del Espíritu Santo, nació de Santa María Virgen, padeció bajo el poder de Poncio Pilato, fue crucificado, muerto y sepultado, descendió a los infiernos, al tercer día resucitó de entre los muertos, subió a los cielos y está sentado a la derecha de Dios Padre Todopoderoso. Desde allí ha de venir a juzgar a vivos y muertos. Creo en el Espíritu Santo, la santa Iglesia Católica, la comunión de los santos, el perdón de los pecados, la resurrección de la carne y la vida eterna. Amén.

 

En las cuentas grandes del Padre Nuestro antes de cada decena: Padre Eterno, Te ofrezco el Cuerpo y la Sangre, el Alma y la Divinidad de Tu Amadísimo Hijo, nuestro Señor Jesucristo, como propiciación por nuestros pecados y los del mundo entero (476).

En las 10 cuentas pequeñas de cada decena: Por Su dolorosa Pasión, ten misericordia de nosotros y del mundo entero.

Después de cinco decenas, la doxología final (tres veces): Santo Dios, Santo Fuerte, Santo Inmortal, ten misericordia de nosotros y del mundo entero.

Oración Final: Oh Dios Eterno, en quien la misericordia es infinita y el tesoro de compasión inagotable, vuelve a nosotros Tu mirada bondadosa y aumenta Tu misericordia en nosotros, para que en momentos difíciles no nos desesperemos ni nos desalentamos, sino que, con gran confianza, nos sometamos a Tu santa voluntad, que es el Amor y la Misericordia Mismos. Expiraste, Jesús, pero la fuente de vida brotó para las almas y el mar de misericordia se abrió para el mundo entero. Oh fuente de vida, insondable Misericordia Divina, abarca al mundo entero y derrámate sobre nosotros (Diario, 1319). 

(Tres veces) Oh Sangre y Agua que brotaste del Corazón de Jesús, como una Fuente de Misericordia para nosotros, en Ti confío (Diario, 84).

 

 

d)   El recuerdo diario de La Hora de la Misericordia (3 de la tarde)

A las tres, ruega por Mi misericordia, en especial para los pecadores y aunque sólo sea por un brevísimo momento, sumérgete en Mi Pasión, especialmente en Mi abandono en el momento de Mi agonía. Ésta es la hora de la gran misericordia para el mundo entero. Te permitiré penetrar en Mi tristeza mortal. En esta hora nada le será negado al alma que lo pida por los méritos de Mi Pasión... (1320).

Te recuerdo, hija Mía, que cuántas veces oigas el reloj dando las tres, sumérgete totalmente en Mi misericordia, adorándola y glorificándola; suplica su omnipotencia para el mundo entero y especialmente para los pobres pecadores, ya que en ese momento se abrió de par en par para cada alma. En esa hora puedes obtener todo lo que pides para ti y para los demás. En esa hora se estableció la gracia para el mundo entero: la misericordia triunfó sobre la justicia. (...) En esa hora procura rezar el Vía Crucis, en cuanto te lo permitan los deberes; y si no puedes rezar el Vía Crucis, por lo menos entra un momento en la capilla y adora en el Santísimo Sacramento a Mi Corazón que está lleno de misericordia. Y si no puedes entrar en la capilla, sumérgete en oración allí donde estés, aunque sea por un brevísimo instante (1572).

Reza, meditando en la Pasión, a las tres de la tarde:

 

“Expiraste, Jesús, pero tu muerte hizo brotar para un manantial de vida para las alma y el océano de Tu Misericordia inundó al mundo entero… ¡Oh fuente de vida, insondable misericordia divina, inunda al mundo entero derramando sobre nosotros hasta tu última gota de sangre!”

 

e)   La propagación de la devoción a la Divina Misericordia

Siempre que quieras agradarme, habla al mundo de Mi gran e insondable misericordia (164). Habla al mundo de Mi misericordia para que toda la humanidad conozca la infinita misericordia Mía. Es una señal de los últimos tiempos, después de ella vendrá el día de la justicia. Todavía queda tiempo, que recurran, pues, a la Fuente de Mi Misericordia, se beneficien de la Sangre y del Agua que brotó para ellos (848). Para castigar tengo la eternidad y ahora estoy prolongándoles el tiempo de la misericordia, pero ay de ellos si no reconocen este tiempo de Mi visita. Hija Mía, secretaria de Mi misericordia, no sólo te obligo a escribir y proclamar Mi misericordia, sino que impetra para ellos la gracia para que también ellos adoren Mi misericordia (1160). Escribe, habla a las almas de esta gran misericordia Mía, porque está cercano el día terrible, el día de Mi justicia (965).

A las almas que propagan la devoción a Mi misericordia, las protejo durante toda su vida como una madre cariñosa [protege] a su niño recién nacido y a la hora de la muerte no seré para ellas Juez sino Salvador misericordioso (1075). Todas las almas que adoren Mi misericordia y propaguen la devoción invitando a otras almas a confiar en Mi misericordia no experimentarán terror en la hora de la muerte. Mi misericordia las protegerá en ese último combate... (1540). A los sacerdotes que proclamen y alaben Mi misericordia, les daré una fuerza prodigiosa y ungiré sus palabras y sacudiré los corazones a los cuales hablen (1521).

 

 





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